La varita de Harry Potter está hecha de acebo, con un núcleo de pluma de Fénix. En numerosas referencias históricas antiguas y modernas, el árbol de acebo, perenne, representa la vida y fue considerado un guardián y protector ante el veneno, el relámpago y la brujería. La pluma de fénix representa la renovación de la vida, que Harry logró en más de una ocasión cuando otros pensaron que debía estar muerto.