Vivimos en un mundo que nos ofrece desafíos permanentes. Día a día nos enfrentamos con nuevas realidades que ponen a prueba nuestra capacidad de entender y procesar. Este es el mundo en el que crecen nuestros niños y somos nosotros los responsables de preparar los para vivir en él. Como padres no tenemos el poder de cambiar la realidad todo lo que querríamos, pero sí seguimos siendo la influencia más importante en la construcción de ese ser humano que trajimos al mundo.