La vista. La botella del whisky Nomad es una de las más bonitas que hemos visto nunca. Es de líneas simples, pero modernas. Muy estilizada, da la sensación de que encontraremos más whisky del habitual. Pero hay truco: es muy estrecha. En copa, el whisky es color colorante añadido. La nariz. Nomad es un whisky bastante completo en la nariz. Para empezar, encontramos aromas de café tostado y chocolate, acompañados de notas afrutadas de pasas y orejones. En segundo plano llegan los aromas dulces, con intensas notas de vainilla, azúcar quemado y crema catalana. Un toque de roble y mazapán. El paladar. En boca es un whisky cremoso y dulce. Llegan notas de pastelería: tarta de manzana, bizcocho de naranja, milhojas de crema pastelera y fruta. Posee también notas de mermelada de higos. Notas de caramelo se mezclan con el lado más chocolateado, que da paso a las notas de Pedro Ximénez. Pasas, orejones, mazapán y frutos secos. El final. El final es medio aunque bastante alargado, con un recuerdo cremoso en boca. Conclusión. Nomad es un whisky que, si no lo conoces, puede parecer algo pretencioso. Pero la realidad es que, a 21,90 euros, se convierte en un imprescindible (28 euros es algo caro para este whisky). Se trata de un blend de cabecera, de esos a tener en casa. Es perfecto para quedar bien ante los invitados que se enamorarán de la botella y disfrutarán del whisky en la sobremesa. Pero también es una elección perfecta para los eventos sociales.